Érase una vez, hace muchos, muchos años, anduvo por esta Tierra un hombre; pero este no era un hombre cualquiera. Él era un Príncipe, que desde su trono veía como en el mundo sólo había oscuridad. Este Príncipe veía constantemente como la gente sufría al tener un vacío en su corazón, ya que habían dejado de lado el amor del Rey, su padre. El Príncipe lloraba al ver como la gente caminaba sin rumbo, y vivían en prisión al no escuchar la voz de su padre, el Rey.
Un día, el Rey cansado del abandono de su pueblo toma una decisión radical, la cual cambiará el destino de la humanidad. - "No me queda otra alternativa..." -determinó el Rey. - "Tendré que destruir mi pueblo, no soporto verlos así, no quieren escucharme." Entonces el Príncipe al sentir la profunda angustia de su Padre, se levanta de su trono y lo abraza, entonces el Príncipe se quita su corona y se arrodilla delante de su Padre. - " Yo iré, el mundo necesita oír que hay alguien que puede convert...