"Jesús, hijo de David, ¡ten misericordia de mí!" Escúchame... "Jesús, hijo de David, ¡ten misericordia de mí!"...
...Amado, no me dejes que comienzo a sentir la soledad de tu llamado.
Miro a mi alrededor en busca de una mano ayuda, pero solo puedo contemplar tu resplandor sobre mí.
He aquí lo único que veo... mi cuarto vacío y el silencio de tu voz.
Oh, Jesús... ¡tan solo no enmudezcas!
¿Qué no vez que desfallezco?
Oh, Jesús... ¡tan solo un minuto!
En tu pecho quiero reposar y así el latido de tu corazón escuchar, para vivificar el alma mía que solitaria esta noche se siente.
Oh, Jesús... ¿quién como Tú, para matar la desesperación?
Hoy, aquí me tienes, justo como aquel ciego, diciendo: "Maestro, quiero ver."
¡quiero ver! ¡quiero ver!
Oh, Jesús... ver aunque sea la silueta de tu presencia.
Oh, Jesús... por favor, ven y dime que sola no estoy.
Selah
Ven para decirte, "Gracias por la soledad".
Porque es gracias a ella, que solo en tí puedo sujetarme.
Oh, Jesús... se Tú mi roca fuerte.
Oh, mi Dios... gracias por la soledad.
Porque es gracias a ella, que mi desesperación por tí aumenta.
Y entonces, como pequeña niña perdida en el bosque, voy en busqueda de tí...
...y te hallo, ¡oh, amado de mi alma!
Y entonces, solo entonces encuentra descanso mi sediento ser.
Volviéndose luz la obscuridad en la que creí vivir.
Llenándose mi mundo del resplandor de tu sonrisa, y de cánticos de salvación que dicen:
"Oh, Jehová... ¡gracias por la soledad!"
Porque, ¿sabes?... es gracias a ella, que hoy contigo quiero soñar.
...Amado, no me dejes que comienzo a sentir la soledad de tu llamado.
Miro a mi alrededor en busca de una mano ayuda, pero solo puedo contemplar tu resplandor sobre mí.
He aquí lo único que veo... mi cuarto vacío y el silencio de tu voz.
Oh, Jesús... ¡tan solo no enmudezcas!
¿Qué no vez que desfallezco?
Oh, Jesús... ¡tan solo un minuto!
En tu pecho quiero reposar y así el latido de tu corazón escuchar, para vivificar el alma mía que solitaria esta noche se siente.
Oh, Jesús... ¿quién como Tú, para matar la desesperación?
Hoy, aquí me tienes, justo como aquel ciego, diciendo: "Maestro, quiero ver."
¡quiero ver! ¡quiero ver!
Oh, Jesús... ver aunque sea la silueta de tu presencia.
Oh, Jesús... por favor, ven y dime que sola no estoy.
Selah
Ven para decirte, "Gracias por la soledad".
Porque es gracias a ella, que solo en tí puedo sujetarme.
Oh, Jesús... se Tú mi roca fuerte.
Oh, mi Dios... gracias por la soledad.
Porque es gracias a ella, que mi desesperación por tí aumenta.
Y entonces, como pequeña niña perdida en el bosque, voy en busqueda de tí...
...y te hallo, ¡oh, amado de mi alma!
Y entonces, solo entonces encuentra descanso mi sediento ser.
Volviéndose luz la obscuridad en la que creí vivir.
Llenándose mi mundo del resplandor de tu sonrisa, y de cánticos de salvación que dicen:
"Oh, Jehová... ¡gracias por la soledad!"
Porque, ¿sabes?... es gracias a ella, que hoy contigo quiero soñar.
"Al castillo que me resguarda de la soledad.
Al amigo fiel... Jesús."
...de tu niña perdida, que al encontrarte decide por siempre adorar a aquel que la rescata cada día de la soledad.
Al amigo fiel... Jesús."
...de tu niña perdida, que al encontrarte decide por siempre adorar a aquel que la rescata cada día de la soledad.