¡Con un rostro hacia el Sol! “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz de en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.” (Juan 1:3-5) La Teoría Heliocéntrica establece que la Tierra gira alrededor del Sol. Jamás podría desorbitarse, pues necesita de su luz y calor. Debido a la inmensa fuerza de gravedad que posee el Sol, todos los planetas son atraídos a él, manteniéndolos en perfecta órbita. Esta afirmación es irrevocable para la ciencia. Una vez... alguien me dijo que Dios era como el Sol; el Padre es la inmensidad y fuerza del mismo Sol; Jesús es la luz; y el Espíritu Santo el calor. Nosotros necesitamos y dependemos de la inmensidad, de la luz y del calor de Dios, giramos a su alrededor. Esta afirmación es irrevocable para todo aquel que cree en estas palabras: “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. Si aceptamos e