A menos de una hora de acabar.
2011; me trae suspiros, lágrimas, ganas de vomitar en ocasiones, un corazón acelerado, risas, sudor, y otras tantas sencillamente nada. Estoy segura que hablaré del año 2011 a mis hijos, que en este preciso instante estarán descasando en la mente de Dios.
Esperando el tiempo perfecto, esto he aprendido.
2011; año en el que he nacido, vivido, muerto y vuelto a nacer, como el ave fénix. No, como un águila que olvidó que había nacido para volar hacia el arcoíris más bello.
Y no puedo evitar llorar, mis lágrimas desean hablar.
Este año fue el año del fin, sí, mi propio fin.
A ti me dirijo, Estrella de la Mañana: Fui una completa imbécil al pensar que podría ganar, ha sido duro, pero he vuelto a nacer porque tu aliento le dio inspiración a mis pasos para andar una vez más.
Adiós, 2011.
Gané, perdí, y hoy vuelvo a ganar; está listo mi pasaporte.